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Centro de plantas nativas

Centro de Plantas Nativas de la UTalca apunta a la conservación de especies nacionales

Esa es la labor de las universidades, [...] y de otros centros de investigación: recabar información y difundir “sobre todos sus aspectos: uso alimenticio, medicinal, maderero, ornamental, como condimento, espesante, entre otros. Puede haber metabolitos interesantes de descubrir”.

Flavia Schiappacasse

 La investigadora Flavia Schiappacasse, de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UTalca, dirige el Centro de Plantas Nativas (Cenativ), de la casa de estudios. Es ingeniero agrónomo con un máster en Floricultura y Horticultura Ornamental, de la Universidad de Cornell, EE.UU.. “Estoy trabajando con varias especies nativas, en especial bulbosas. También he trabajado mucho en una planta que no es bulbosa, que se llama Hierba de las Marismas, de nombre científico selliera radicans. Es una especie rastrera nativa de Nueva Zelandia, Australia y Chile. En nuestro país crece asociada al mar, ríos o humedales, desde Huasco hasta la Península de los Chonos, siendo una halófita, o especie tolerante a la salinidad. Sirve como césped, para cubrir muros verticales o techos verdes”, dice sobre su labor investigativa en la UTalca. 

 “Además, con la profesora María del Pilar Caramantín, le hemos encontrado inulina (en la misma concentración que en la parte comestible de alcachofa o espárragos) y componentes interesantes como lupeol y apigenina, y hemos comprobado que no tiene elementos tóxicos. La antigua cultura de Monteverde la consumía, según investigaciones arqueológicas y botánicas, además sabemos que la consumen los cisnes y los conejos, por lo tanto, podría ser un alimento del siglo XXI”, señala la investigadora. 

 “La biodiversidad se define como ‘la suma de toda la vida del planeta tierra’. Incluye ecosistemas y todos los procesos biológicos que la hacen posible. Los ecosistemas son los seres vivos y su ambiente físico; y los procesos biológicos son, por ejemplo la polinización de las flores por los insectos, la fijación de nitrógeno desde el aire por parte de organismos que viven en partes de las plantas, y todas las interacciones entre los seres vivos”, señala la profesional. 

 “El Norte Chico, Chile central, y hasta parte de la Región de Aysén, constituyen un ‘hotspot’, que son zonas con reserva significativa de biodiversidad y que a la vez están amenazados por el hombre, y son irremplazables, por lo que es importantísimo cuidar esa parte de Chile, que a la vez es donde vive la mayor parte de la población”, agrega. Schiappacasse dice que en el país hay alrededor de “cinco mil 105 especies vegetales nativas, de las que -aproximadamente- dos mil 630 están sólo de Chile (endémicas). Si éstas se extinguen, no se podrán recuperar… Menos de 300 están disponibles en viveros de plantas, conociéndose su propagación, su manejo y su uso en jardines. De ellas, y otras que no se cultivan, se conocen algunas de sus propiedades medicinales, tintóreas, alimenticias, etc., pero falta mucho por conocer. Hay muchas especies que nadie ha estudiado”. 

 Esa es la labor de las universidades -resalta- y de otros centros de investigación, recabar información y difundir “sobre especies
nativas en todos sus aspectos: uso alimenticio, medicinal, maderero, ornamental, como condimento, espesante, entre
otros. Puede haber metabolitos secundarios interesantes, que es interesante descubrir”.

CENATIV

 El Centro de Plantas Nativas, dice Schiappacasse, “está preocupado de estos temas, contribuyendo a la innovación, el desarrollo tecnológico y la formación de profesionales que potencie el progreso y el bienestar regional y del país en el ámbito de las plantas nativas. Su objetivo principal es generar conocimiento, capacitar profesionales y transferir tecnología sobre plantas nativas de Chile.”.

 Según la investigadora utalina, “el crecimiento de las zonas urbanas, la actividad minera, agrícola y forestal, entre otros factores, están amenazando los ecosistemas chilenos. Además, por efecto de las mayores temperaturas, olas de calor y reducción de las precipitaciones que estamos teniendo hace varios años, muchos árboles y arbustos se están secando en forma irreversible. Se está constatando la muerte de especies muy resistentes, como peumos, quillayes y litres, entre muchos otros, y esto es muy preocupante”.

ESTRATEGIA NACIONAL

 Según la estrategia nacional de Biodiversidad 2017-2030, Chile ha establecido varios compromisos. Entre ellos, el de insertar líneas de investigación en conservación de especies nativas con distintos fondos. “Al 2030 se espera contar con un programa de fortalecimiento de capacidades de profesionales y técnicos en conservación. Para el mismo año se espera reducir el número de especies amenazadas (en peligro crítico, en peligro y vulnerables), y que el 50% de las especies que estaban amenazadas al año 2016, estén en planes de recuperación, conservación y gestión. También para ese año 2030, habrá acciones de restauración en, al menos, el 15% de los ecosistemas degradados y amenazados priorizados del país, con fines de adaptación al cambio climático, erradicación o control de especies exóticas invasoras, recuperación de hábitats o mejoramiento de la representatividad y conectividad de la biodiversidad, entre otros”, señala la profesional. 

 Según la investigadora utalina, “se está trabajando mucho en la educación ambiental, en especial dirigida a los niños. Bajo el concepto de que ‘se cuida lo que se conoce’, se enseña a los escolares la identificación de especies, su propagación y su uso, de modo que cuando, a causa de un incendio u otra razón, se está destruyendo un lugar de alto valor ecológico, ellos saben lo que se está perdiendo y actúan en consecuencia”.

MUNDO PRIVADO

 La académica dice que hay una red de reservas privadas “similares a los parques y reservas nacionales, destinada a la conservación de la naturaleza, que complementa lo que hace el Estado en esa dirección. En el Maule tenemos, por ejemplo, la Reserva Natural Tricahue y el Parque Guaiquivilo en el cajón del río Melado, que son lugares donde se conservan valiosos ecosistemas y se pueden visitar”.

INNOVACIÓN

 Las culturas prehispánicas tenían un profundo conocimiento del uso medicinal y alimenticio (entre otros usos) de diferentes especies vegetales. “Esa información se debe preservar y complementar”, recalca. 

 “En la actualidad, podemos desarrollar muchas cosas nuevas con especies chilenas, por ejemplo, preparar alimentos con los frutos del boldo (Peumus boldus), con murtilla de Magallanes (Empetrum rubrum) o incluso con los frutos del litre, que son comestibles (Lithraea caustica); fabricar tinturas con diversas especies, por ejemplo con Vara de oro o Felel (Solidago chilensis) un tintura amarilla o, una tintura café con corteza de Radal (Lomatia hirsuta). Los jóvenes pueden desarrollar muchas ideas más, insospechadas, pero para eso deben conocer las planta nativas, recordando que hay más de cinco mil especies diferentes, y para que las conozcan, antes hay que cuidarlas”.