De flor a fruto en cerezos

El establecimiento de los huertos debe considerar los requerimientos climáticos y la compatibilidad genética de las variedades para asegurar la fecundación de los frutos. El momento de floración puede ser adelantado o retrasado mediante tratamientos químicos o físicos, lo que ayuda a la mejor comercialización de la fruta y a la gestión del huerto.

En Japón, entre los meses de febrero y mayo se realiza el Hanami, una tradición que honra el sakura o floración de los cerezos. Durante este periodo, las familias y amigos asisten a los diferentes parques del país a compartir alimentos mientras contemplan la belleza del avance de la antesis (Figura 1). Cada año, el sakurazensen o “frente de floración de los cerezos” es anunciado por la Agencia Meteorológica de Japón, cuya estimación se realiza en base al monitoreo de árboles referenciales y el comportamiento de las temperaturas. En los siglos pasados, el sakura indicaba el inicio de la primavera, por lo que ya era seguro iniciar las siembras de arroz. Actualmente, esta tradición constituye una instancia de reflexión sobre lo hermosa, frágil y efímera que es la vida y el inicio de un nuevo ciclo.

En Chile, el cerezo es la especie frutal de mayor importancia y rentabilidad del momento. El desarrollo tecnológico ha permitido influir en el momento de ocurrencia de la floración, pudiendo ser adelantada o retrasada, lo que afecta directamente la fecha de cosecha de la fruta. El desplazamiento de la floración se realiza en función del Año Nuevo en China, el cual se celebra la segunda luna nueva después del solsticio de invierno del hemisferio norte. Esto fuerza a programar la mayor oferta de cerezas en la antesala de esta festividad, cuando es el periodo de mayor demanda y valoración de este producto en aquel mercado.

A continuación, se analizarán algunos aspectos fisiológicos sobre la floración de los cerezos, incluyendo manejos agronómicos para influir en su desplazamiento fenológico. También, se revisará la transferencia de polen y cómo favorecer la fecundación de los frutos.

INDUCCIÓN Y DIFERENCIACIÓN FLORAL

La inducción floral en cerezos ocurre alrededor del periodo de cosecha de la fruta (noviembre y diciembre) y es influenciada por factores climáticos (largo del día y temperatura), fisiológicos (hormonas y disponibilidad de carbohidratos) y, en algunos casos, situaciones de estrés abiótico (por ejemplo, limitaciones de recursos) que hacen priorizar el crecimiento reproductivo de los árboles.

La diferenciación floral se inicia al final del verano y los meses de otoño, continúa lentamente durante el receso invernal, y culmina con la apertura de las flores (antesis) en primavera (Figura 2). En las primeras etapas de la diferenciación floral, el proceso puede ser alterado por situaciones de alto estrés térmico en las yemas, generando malformaciones que darán origen a frutos dobles o con suturas abiertas. Para prevenir esto, durante la postcosecha de los huertos, se debe continuar resguardando el estado hídrico, nutricional y sanitario de los árboles, lo que evita que tengan limitaciones fisiológicas frente a las olas de calor en verano.

Además, se pueden utilizar estrategias de reducción de la temperatura del follaje, como el uso de mallas sombra, riego elevado y bloqueadores solares del tipo caolinita.

Figura 1: Hanami 2019 en honor al Sakura en el Parque Koganei de Tokio, Japón.