En la edición 2025 de WineLab, la responsabilidad de representar a la Universidad de Talca recayó en Yennifer Iturriaga, Manuel Améstica, Ismael Fernández y Martín Morales. Si bien este año no lograron situarse dentro del cuadro de honor, instancias que fueron obtenidas por la Pontificia Universidad Católica de Chile, la Universidad de Chile y la Universidad Federal do Pampa (Brasil), su participación fue valorada por el significativo aporte al aprendizaje aplicado y al fortalecimiento de sus competencias profesionales.

En cuanto al desarrollo del concurso, los equipos prepararon sus mezclas utilizando cepas de Viña VIK, en un proceso guiado por el enólogo Cristián Vallejo. Tras definir los ensamblajes, los vinos fueron sometidos a una guarda de seis meses en barricas de Barroir. Posteriormente, los jurados cataron las veinte muestras en competencia y seleccionaron las dos mejores de cada grupo, conformando un total de seis finalistas. Estas mezclas fueron nuevamente degustadas por el panel completo para determinar los tres vinos ganadores de la edición 2025.

El concurso, que contó con un jurado compuesto por especialistas del mundo vitivinícola y representantes de Viña VIK, evaluó parámetros como calidad sensorial, coherencia enológica, innovación y presentación de la propuesta.

Durante la jornada de premiación, el equipo de la UTalca estuvo acompañado por el decano Gonzalo Díaz, la directora de la Escuela de Agronomía, Gabriela Cofré, el académico Felipe Laurie y la directora administrativa de la Facultad, Carla Rojas, quienes destacaron el compromiso, la creatividad y la rigurosidad técnica demostrada por las y los participantes.

En relación con su experiencia, el estudiante Martín Morales expresó, “participar en WineLab fue una oportunidad muy enriquecedora. Aunque no ganamos, pude demostrar mi formación y vivir el proceso completo de creación de un vino desde cero. Es una experiencia que agradezco y que sin duda aporta a nuestro crecimiento profesional”.

Desde la Facultad de Ciencias Agrarias subrayaron la importancia de formar parte de instancias que, permiten a la comunidad vincularse directamente con la industria, fortalecer competencias técnicas y explorar nuevas posibilidades en el ámbito enológico.